Balqees Naser, Michael J. Kloep
En la historia, se sabe que las enfermedades infecciosas como virus, bacterias, parásitos u hongos son asesinos brutales que matan a un gran porcentaje de la población a nivel mundial. Entre las enfermedades infecciosas, COVID-19 (considerada una pandemia global) no parece ser muy mortal (Daily Sabah, 2020). COVID-19 se originó en Wuhan, China en diciembre de 2019 con alrededor del 98% de la población afectada (alrededor de 470.000 casos a nivel mundial hasta el 26 de marzo) y ahora se extendió globalmente (Walsh, 2020). El brote repentino de esta pandemia tiene un impacto devastador en la economía mundial, el medio ambiente, la educación, la salud, los mercados bursátiles/financieros, los sectores comerciales y muchos otros sectores en todo el mundo. El costo médico y sanitario de los tratamientos y el control del brote, las restricciones a los negocios, el transporte y el bloqueo general en todo el mundo alteran significativamente el funcionamiento exitoso de diferentes sectores. En general, la crisis global se produce debido al brote de enfermedades infecciosas.