Muhammad Tanveer, Amiya Bhaumik, Shafiqul Hassan, Ikram Ul Haq
Las medidas para restringir la propagación del virus COVID-19 entre las comunidades de mayores y jóvenes en muchos países han llevado al cierre generalizado de hospitales, escuelas, colegios y otros establecimientos educativos. Según el Ministerio de Educación saudí, las autoridades sanitarias han recomendado medidas "preventivas y de precaución" para garantizar la protección total de los estudiantes y el personal. El ministerio pidió la aprobación de las escuelas virtuales para que los estudiantes no se queden atrás mentalmente. El brote ha provocado muchos obstáculos como la pobreza, el desempleo, la presión social y las deficiencias educativas.
Tras el anuncio del cierre de las universidades, Arabia Saudí es uno de los países donde los estudiantes están preocupados y atraviesan una fase de aprendizaje en la que no tienen tutores, mucho trabajo de curso y solo ellos mismos para ayudarlos a estudiar. No hay trabajo en equipo, solo las bibliotecas digitales lo están empeorando aún más. Se están introduciendo muchos sistemas de gestión del aprendizaje, pero ninguno de ellos puede acercarse ni de lejos al impacto y la calidad que pueden proporcionar las aulas físicas. Como estudiantes de posgrado, todos los estudiantes y profesores están situados dentro de la sala liminal de simplemente estar. Esto garantiza que contribuirán tanto a sus deberes académicos como a los de sus estudiantes durante la pandemia de COVID-19 y las suspensiones de los campus. Han visto cómo se han formado consorcios y coaliciones de aprendizaje en las últimas semanas, con numerosos actores (incluidos estados, minoristas, expertos educativos, empresas de infraestructura y operadores de redes móviles) trabajando para aprovechar nuevos canales como una posible respuesta al problema.