Anh Dinh, Andreas Liening
La racionalidad en términos de maximizar el interés propio es el núcleo de la economía clásica y neoclásica. Sin embargo, los investigadores han cuestionado la visión estrecha del homo oeconomicus. Cabe destacar que en situaciones complejas de resolución de problemas, los seres humanos dependen de atajos cognitivos y heurísticas de juicio, que limitan la racionalidad y pueden conducir a decisiones irracionales y erróneas. Los errores graves y no detectados pueden generar crisis y causar fracasos irreversibles. Los fracasos empresariales en términos de cierres de empresas son fenómenos reales en el emprendimiento práctico. El entorno empresarial se caracteriza por la no linealidad, la incertidumbre, la complejidad y la participación de un intenso apego emocional.
En este entorno, los emprendedores se enfrentan principalmente a situaciones complejas y, por lo tanto, se ven obligados a recurrir a atajos cognitivos en lugar de a comportamientos racionalmente planificados y preestablecidos. A pesar del importante y creciente corpus de estudios sobre el sesgo y el fracaso empresarial, el debate fundamental sobre las nociones predominantes de racionalidad ha sido limitado. Este artículo analiza el grado de racionalidad en el emprendimiento y la educación empresarial, y se basa en el entorno empresarial imperfecto. Además, analizamos el potencial de aprendizaje de los impulsos ilógicos y erróneos.