Salvador Manzanera-Román, Gaspar Brändle Señán
En un contexto caracterizado por el deterioro de la posición de las personas con discapacidad en relación al empleo, el emprendimiento puede considerarse como un elemento útil para favorecer la inclusión tanto laboral como social de este colectivo, a pesar de que dicho recurso sea infrautilizado por las personas con discapacidad.
La investigación sobre el emprendimiento de las personas con discapacidad se ha centrado en aquellos impedimentos u obstáculos que impiden a las personas con discapacidad iniciar acciones emprendedoras. Entre estos obstáculos se encuentran, por un lado, los relacionados con el ámbito social, incluidos los institucionales, los relativos a la educación y formación vinculada a las competencias emprendedoras, los socioeconómicos e incluso los relacionados con la familia. Por otro lado, están los relacionados con el ámbito personal, que, por el contrario, tienen que ver con el tipo de discapacidad.
Además, esta investigación se basa en una encuesta realizada entre noviembre y diciembre de 2018 a una muestra de residentes en España con discapacidad física, sensorial y orgánica, desarrollada por la Universidad de Murcia en el marco del Proyecto “Discapacidad y emprendimiento. Análisis de competencias” (CSO2016-75818-R), financiado por el Plan Nacional de I+D+i. Los resultados de dicha investigación ponen de manifiesto que tener discapacidad es un factor diferenciador en el emprendimiento.
Por tanto, las personas con discapacidad relacionada con el sistema osteoarticular son las que ponen en marcha un negocio en mayor medida que el resto, ya que casi el 60% de las personas encuestadas con dicha discapacidad ha puesto en marcha un negocio en alguna ocasión, mientras que solo el 14,3% de las personas con discapacidad del sistema visual o el 15,2% de las personas con discapacidad auditiva han desarrollado un negocio. Esto puede deberse a que las personas con estos dos últimos tipos de discapacidad encuentran una mejor inserción sociolaboral a través del trabajo remunerado. Por el contrario, el 23,1% de las personas con discapacidad relacionada con el sistema neuromuscular no desarrollan un negocio, ya que consideran que les resulta imposible debido a su propia discapacidad. Sin embargo, parece que en materia de emprendimiento los factores sociales son más determinantes que los personales. La falta de recursos económicos o la falta de apoyo institucional al emprendimiento son factores que condicionan el emprendimiento y que deben tenerse en cuenta para fomentar el autoempleo entre las personas con discapacidad.